Lolita y los gusanos perdidos: Una historia sobre la amistad y la ayuda mutua



Había una vez una pequeña tortuga llamada Lolita, que vivía en una huerta escolar rodeada de muchos amigos, como las mariposas, las abejas y los conejitos.


Un día, mientras Lolita paseaba por la huerta, se encontró con un grupo de gusanos que parecían estar perdidos. Lolita, que era muy amable, se acercó a ellos y les preguntó si necesitaban ayuda. Los gusanos, agradecidos por la ayuda, le dijeron que se habían perdido y no sabían cómo volver a su hogar.


Lolita, que era muy lista, decidió que lo mejor era buscar juntos el camino a casa. Así, los gusanos y Lolita se pusieron en marcha. Caminaron y caminaron, y después de un rato, encontraron el hogar de los gusanos. Los gusanos estaban muy felices de haber encontrado su hogar, y agradecieron a Lolita por su ayuda.

Desde ese día, Lolita y los gusanos se convirtieron en los mejores amigos. Y así, Lolita aprendió una valiosa lección sobre la amistad: que siempre debemos ayudar a los demás cuando lo necesiten, porque así es como se hacen amigos verdaderos y duraderos.